miércoles, 25 de agosto de 2010

Vidas en perpendicular


Vidas paralelas…
La tuya y la mía son vidas paralelas
No porque los caminos no se crucen
Sino porque nunca será mi camino
Un bache en la vida que has de recorrer.
El tuyo y el mío son mundos ajenos
Que desconocen la existencia entre sí
Pero perciben la vibra del espíritu
La manifestación del ser en uno mismo.
El lienzo que marca tu paso
Por este mundo que parece a veces estar en blanco
Lo dibuja el desliz de mi pincel
Que registra en gris cada uno de tus años.
He escuchado esta frase muchas veces, no se si tenga la impresión errónea, pero a veces creo que la gente le damos una conotación negativa, como refiriendonos a alguna faceta de la vida que es licenciosa, incógnita, ajena.  Me encanta esta frase.  Hoy tuve acceso al blog de una persona que comenzé a seguir por cuestiones bizarras.  Paseando por el increíble universo en que la red social Twitter se ha convertido para mi, tuve oportunidad de leerla.  Era una mujer que hacía un comentario sardónico y lacónico acerca de la presentación de Plutarco Haza en su bar. La verdad yo nunca he escuchado cantar al hombre y no creo que lo llegue a escuchar, pero el comentario llamó mi atención por la forma en que estuvo redactado y porque pese a lo pesado que pudiera parecer, no lo creí irrespetuoso en ningún momento. Ahora mientras escribo y tras haberla leído un poco más, entiendo como fue que empecé a seguirla y porque bizarra razón no le he dado unfollow. Por ningún motivo en específico suelo dar unfollow y refollow a las personas que suelo seguir en twitter, a veces simplemente me canso de leerlas y me doy un break. No porque lo que escriban deje de ser interesante, simplemente porque así soy yo. Recuerdo que una maestra hablaba mucho de la dualidad que habitaba en mí, raciocinio/irracionalidad, romanticismo frente a displicencia; una mujer joven llena de vida, entusiasta, inquieta, que alberga en su corazón los anhelos, sueños, y algunas costumbres de cualquier hombre melancólico de mediados de siglo XIX, por decir alguno mi paisano Manuel Acuña.
Mi signo zodiacal es cáncer, no se si tenga la menor relevancia en esta especio de pilastra, o semblanza que estoy haciendo de mi persona y de la paralela relación que creo he entablado con una persona ajena a mí en su totalidad. Yo nací dos semanas después de haber cumplido mi mamá 9 meses de embarazo. Sigo sin entender a la fecha cual fue la razón y tengo entendido que si hubo alguna que otra complicación pero nunca me había puesto ha reflexionar en la afectación que ello había tenido en mi vida hasta hace poco. Si leyeran la descripción de cualquier cáncer y me conocieran, creerían que o que leen son los resultados de un examen psicológico aplicado a mi persona. Falsa o verdaderamente, mi signo zodiacal parece explicar muchas actitudes y conductas de mi persona. ¿Pero esa dualidad que? ¿Dónde surge? No fue hasta ahora que escribo que me atrevo a pensar que viene de la mano de esa primera cita para mi nacimiento, ya que si hubiera mi mamá dado a luz cuando había estado programada, sería yo Géminis y no cáncer. En fin estas son mamadencias como diría el Dr Guillen, por lo pronto a lo que iba.
Y soñar que te sueño en el silencio

Socorriendo mis susurros y agonías

Sediento de ser en tu sendero

Saciado de secretos y

No pienses mijita…


Compartiré con ustedes un poco de la historia mía, del surgimiento de este blog, y de está manía mía de escribir…
    "No pienses mijita no pienses…" Mi mamá de broma suele repetir esa frase, honestamente no tengo cara para ofenderme… por alguna extraña razón toda mi vida he sido una persona que aparentemente piensa mucho y para acabarla de amolar, tengo una vena dramática que nomás no puedo con ella. Desde muy chica mi mamá me sentaba a leer, siempre ha considerado muy importante el hábito de la lectura y resulta que yo le agarré el gusto a eso de andar hojeando libritos y presenciar vidas ajenas. Cuando fui creciendo y conforme mi cabeza se iba llenando más y más de tonterías, me vi en la necesidad de darles salida de alguna forma… intente ir con un psicólogo pero en mi casa nunca han estado muy de acuerdo con recibir ese tipo de orientación por lo que opté por escribir. Escribía yo de todo: mis corajes, mis alegrías, mis sueños, un sinfín de cartas que nunca me atreví a enviar (muchas de ellas nunca tuvieron destinatario).
    Siguiendo la tradición familiar de cargar con complejos y traumas que no son nuestros, nunca enseñé a nadie lo que yo escribía, la única que llegó a ver alguna vez mis textos fue mi mamá cuando recogía mi cuarto. Su reacción lógicamente fue la de pedirme que los tirara, que nos los guardara, consideraba peligroso que alguien pudiera leer mis pensamientos y sentimientos, ya que podrían manipularlos y ocasionarme algún daño. Probablemente en ese entonces a ella le hubiera encantado que yo dejara de escribir, pero como en otras ocasiones mi madre tuvo que ceder ante una hija tan diferente a ella, tan libre, tan irreverente, tan natural; y nunca me prohibió escribir. Pasaron los años y hasta hace poco sube que mi mamá guardo algún texto que encontró. En fin mi acción poética era mantenida en secreto por temor a burlas, y para evitar problemas. Hasta que una vez en clase de Literatura, tuve la oportunidad de leer lo que escribía. Incluso hoy no entendiendo como fue que me atreví a hacerlo, leí una carta que había redactado al niño que me gustaba. Expuse mis sentimientos ante un salón de compañeros adolescentes, y después de haber leído la primera palabra ya estaba yo en una situación de peligro, vulnerable al rechazo, y al hostigamiento (propio de cualquier adolescente). Mientras leía yo lloraba, todavía hoy no logro entender si lloraba de miedo y angustia al darme cuenta de cuanto esta dejando ver, o al recodar que esa carta era dirigida a un niño que muy a penas notaba mi existencia y que no estaba interesado en mí. Al terminar de leer la carta mi rostro estaba empapado, y fue tal mi sorpresa al ver que de los ojos de mi auditorio escapaban alguna que otra lágrima acompañada de un aplauso. Un aplauso cuya intención no era vanagloriarme ni felicitarme, sino agradecer la confidencia que ante toda la clase había hecho.
    Mi actividad y presentaciones literarias durante ese año, se limitaron a uno que otra poema que confiaría a una amiga, y a la redacción de poemas y ensayos que vendería a diez o veinte pesos para comprar comida en la cafetería del colegio. Mi último año de Prepa, entré a una clase que tenía la distinción de ser de posición avanzada. En el curso tenía programada una extensa lectura de los clásicos de la literatura hispanoamericana acompañadas del análisis de las mismas. Sin embargo, al ser sólo cuatro los que entramos a esa clase, pudimos darle a la materia el rumbo que quisimos y le dimos un toque de taller de redacción que a mi me fascinó. El trabajo final de la materia era hacer una antología de todos los textos que hubiéramos escrito. Yo siempre había querido escribir un libro (hasta la fecha quiero hacerlo) y esta ocasión era la oportunidad perfecta. Desde aquella presentación que tuve en mi salón de literatura guarde gran parte de los poemas, cartas y ensayos que escribía. Algunos estaban escritos en hojas de cuaderno, libretas, servilletas, mensajes de texto cuando mi mamá forzosamente me apagaba la luz de la recamara, y uno que otro recibo de alguna tienda. El registro de toda mi experiencia como "escritor" estaba debidamente almacenado y resguardado en una caja, en mi tesoro. La caja es una pequeña caja de un tamaño similar al de una caja de zapatos, forrada de una tela morada, muy simple y sencilla; cualidades que la hacían aún más bella. Resguardaba en secreto el tesoro de mis pensamientos. Como siempre, unas horas antes de llegar el día de la entrega me dispuse a pasar todos mis textos a la computadora… ¡oh sorpresa! Teniendo cerca de 70 poemas, había menos de la mitad en esa caja. Una semana antes mi mamá había ordenado a la señora que ayuda en mi casa que hiciera una limpia de mi cuarto y sacara toda la basura. Mi mamá desconocía que en esa caja estaban guardados mis tesoros, la muchacha abrió la caja vio papeles y tiró a la basura las servilletas, recibos, y otros papeles que parecían cosas sin importancia. De un libro que desde hace mucho he tenido en la mente, y cuyo título sería "Mariguanadas de una mente ordinaria" en honor a la forma en que mi cerebro da vueltas una y otra vez a una misma idea encontrando siempre nuevas connotaciones un tanto filosóficas recibió el triste nombre de… "Lo que Librada no tiró"
La calificación que obtuve fue de 7, el número justo de puntos que eran el mínimo requerido para poder acreditar la materia.

Ardor compartido

 Ahora si que esto que van a leer a continuación no lo pude ni etiquetar.  No se puede calificar como un escrito, ni mucho menos con tendencias poéticas.  No tiene ni el más mínimo vestigio de de reflexión pero, ¡ah como me ardi! así que por lo pronto estas son solo palabras (aullidos sería la palabra precisa) que comparto.


Hoy no te voy a llamar
Hoy me pienso olvidar de ti
Ya no recuerdo tu nombre
Ni entiendo porqué es que te conocí
Hoy que te busque el diablo
Hoy te doy mi indiferencia
Ya no quiero saber más de ti
Ni entiendo porque ahora vienes a mí
Hoy que escribo a la bruto
Hoy que no se que decir
Ya no quiero escuchar tu nombre
Ni al mundo hablarle de ti.
Hoy que te lleve el olvido
Que sea él quien yace junto a ti
Hoy recuerdo cada noche a tu lado
Ya sé que desde entonces yo morí
Hoy con la angustia de tu ausencia
Ni idea tengo de como te perdi.

No quiero saber de ti y no es por orgullo o por coraje; hoy que el alma esta en paz, no quiero saber de ti desde el momento en que no fuiste tu de mi.  Recuerdo el hielo en tus besos, la caricia que nunca llegó, anhelo la distancia que ayer dibujaste, porque hoy, estando tan lejos has tomado la decisión de acercarte a mi.

En paralelo...

Me encanta esta frase... se usa en muchos sentidos, hay un programa de entrevistas con ese nombre, y sin embargo para mi su significado va más alla.  Probablemente me equivoque, pero tengo la impresión de que nos hemos acostumbrado a utilizar el término para referirnos a vidas, o facetas de la vida, que parecieran un poco opuestas.  Usamos la expresión para hacer alusión en veces a alguna parte licenciosa de la vida de cualquier persona, o a lo incógnito, lo secreto lo desconocido. 

Vidas paralelas... no se contrapuntéan

Yo queriendo ser cigarro

Dejaste abierta la puerta del baño 

y quise ver en tu descuido una invitacion.

No pusiste seguro,

la luz estaba prendida;

que duro es que los ojos vean 

lo que estas ganas quieren creer 

te quitaste antes el cinto

y lo dejaste de lado. 

Máss alla de ver un descuido 

aprendi a ver en ello una llamada 

a un efimero momento de comunión. 

Cada cancion que escuchas, 

cada palabra pronunciada 

me invitan a besarte, 

a acariciar tu espalda.

Tu mano tocandoTe el rostro 

la cadencia con que das vuelta a la hoja 

el cigarro que acaricia tu mano..

Y mis ganas de ser yo a quien te fumas.

De tus ojos robarme el espacio.

Buenas...

Buenas noches, quize empezar a escribir pero lo escrito carecía de todo sentido, más tarde espero tener algo decente que poder compartir, mientras tanto, saludos.

sábado, 14 de agosto de 2010

En Mis ganas de Ti


Yo q no debería procurar estos encuentros

donde las ganas mojan y la cordura seca

yo q que nunca pienso en vos

y q viéndote sueño

robarte los labios tomarlos prestados.


 

Yo que sin sentirte soy sensible a ti

a quien tus cuentos de vida

tus anécdotas, tu voz;

invitan.

A una cueva de engaños habitada por vos.


 

Voz en el eco del hoy buscas un amor

mientras que yo ardo ganas.

Alimentando estas ganas

por prudencia, recato

y recelo

se han quedado en eso, en mis ganas de ti.


 

Te veo tocar tus cuerdas cuanto quisiera

que tus manos tocaran fuera mi voz.

Cantando notas que hoy envidio

porque lo escuchado no es

tu voz en mi.

Triste noche en la que somos amigos.


 

Y yo con estas ganas que hoy de ti tengo

ganas de dar muerte a mi conciencia

dar vida a lo escondido

ganas de ti.

Que ganas de beberte en mi taza café.


 

Si compartiera con alguien lo escondido

el sentimiento viviría a mis obscuras.

Pensamientos que quizá conocidos

podrían

Estas ganas consumir.


 

Yo no debería procurar estos encuentros

En que sigues ganando la partida

Y estas ganas que se quedan

Solo en eso:

Éstas ganas cada vez que tu ganas.

Datos personales

Mi foto
Tierron/Tierrancho, Laguna, Coahuila, Mexico
Pues bien a mi me ha dado por escribir. Algunas veces me confiezo soñadora y llena de esperanzas, pero otras permito que escriba El Francotirador que es a quien le es más fácil hablar de este mundo en aquellas ocasiones en que la esperanza y la ilusión se pierden en mis manos. Entonces aparece Franco que siendo tan franco cae en lo pesimista, en lo realista. Espero les gusta la mancuerna que hacemos, saludos. A grandes razgos, no hace falta más que leerme un poco para conocerme bastante.