Yo y mis ganas de no dormir, mi mamá y mis ganas de no entenderme, tantito peor de no dejarme… como si todavía estuviera en ella.
Ahora que están de moda los vampiros, hombres lobos y otras míticas creaturas de la literatura llegué a dudar de mí y creí que en efecto desde antes y desde siempre he sido vampira. Luego recapacite y pasados mis 15 minutos de total idiotez me dejé de mamadas y entendí que simplemente no me gusta dormir de noche. La noche me gusta para mí y para mi soledad, para pasarla en el pórtico de mi casa en compañía de mi vino, mi cigarro, mi taza de té nana, y uno que otro bicho que se ve dominado por la luz de mi monitor. Dijeron los tucanes que a ellos la noche les gustaba para salir, a mí me gusta para quedarme aquí conmigo. Pruebo mi nana té, y lo primero que se viene a mi mente es “extraño cuando la miel era cara y escasa, y el azúcar había que tomarla a hurtadillas de las bufeteras del comedor.” No era un delito el cometido, el arte de robar nunca lo he sabido apreciar. En ocasiones lo admiro a lo lejos, cual fiel espectador envidiando y reprochando la disciplina del ladrón.
Disfruto la compañía del desvelo y las mañanas pesadas ansiando haber cogido a tiempo el sueño. Amo la complicidad de las estrellas que con sus leves e itinerantes destellos parecieran dar luz verde a los complejos caminos que acompañan mi soledad. La arbitrariedad de mí no sueño y satisfacción de la rebeldía y libertad que las ojeras enmarcan frente a la sociedad. Cuando en el día me acompaña el ruido y desosiego; es de noche cuando despierta alcanzo los más sublimes sueños que en jornadas de 8 horas durmiendo no he podido gozar.
Hay quienes disfrutan de la noche, el libertinaje, las luces, los ruidos, el alcohol y sexo. En cambio su servidora goza de la quietud, la paz y la soledad. No duermo desde chica, y en parte puede ser un acto de rebeldía e irreverencia. La más pura, sublime e independiente libertad se vive al ser dueño de tu sueño la más valiosa posesión desde que naces hasta que mueres, lo único que de no ser tú, nadie puede controlar. Por lo pronto regreso a mis aposentos, aún no dan las dos de la mañana y por una extraña y casi única ocasión en mi casa ya se empiezan a escuchar los ruidos del nuevo andar.
Con un sobresalto veo interrumpida mi tercer sesión de no sueño que las vacaciones del trabajo, escuela, y vida me han permitido disfrutar. Se asoma mi madre a la ventana reprochando y juzgando la ironía en mis ganas de no dormir más. Y es que las madres no saben dormir, y desde que yo era chica, para ella mi anhelante insomnio ha sido la causa de sus desvelos. Ha de haber sido duro para ella enfrentarse por mucho tiempo a que mis horas de sueño era lo único que no podía controlar. Más tarde con la libertad que da la edad, y la independencia económica que poco a poco he ido logrando obtener, tuvo que enfrentarse a la realidad de que había más en mi persona que no podía, debía o quería controlar.
Y ahora de vuelta a mis aposentos, como se finge demencia ahora fingir no poder conciliar el sueño. No vaya a ser que en una de esas mi papá se aventure a presenciar lo que para él no es un secreto: Que cuando puedo yo no duermo y que solamente es porque yo no quiero. Lo irónico es que pese a los reproches que pudiera hacerme mi mamá cerró su intervención con un “Si quieres más tarde nos salimos.” Me da tristeza que a la fecha no entienda que yo no comparto mis desvelos. Que los acompañamos sólo yo, un cigarro, un libro, un monitor o un cuaderno. No es que rechace su compañía pero mis horas de insomnio son sólo eso, sólo mías.
De regreso a mi rutina de non sueño, ahora con la compañía de mi madre dormida en el sillón con la tele encendida, me extraña esa rutina suya de dormir así. Cuenta ella que su tío el Militar cuando visitaba la casa, dormía siempre en un sillón cerca de la puerta “a mí no me agarran en encerrona” les decía… yo creo que esa extraña costumbre la habrá heredado de él. Son las cosas que vemos cuando niños las que conscientes o no tendemos a imitar. De chicos son parecen actitudes vaciadas y chistosas, de adolescentes pueriles berrinches y actos de rebeldía, pero conforme vamos creciente, cuando llegamos al decadente estado de la adultez se vuelven reprochables manías hasta terminar siendo achaques propios de una senil vejez.
Ya entrada la noche entre novelas, videos y letras no pude sino notar cierto abuso que tengo por la coma, paradójicamente es el mismo abuso que tengo por la comida. Se escucharon las detonaciones, tres o cuatro balazos de una sola arma.
Y resulta que en efecto, el no sueño, el insomnio y el desvelo eran solo un capricho. Aquél acto de rebeldía que una vez llegado en día en que deja de ser prohibido cuando ahora es inducido el amargo sabor se vuelve dulce y entonces pierde el gusto. De cuando las buenas noticias te deprimen, no porque envidies a quien las vive sino porque su éxito y felicidad parecen forzarte a enfrentarte con tu realidad.
Vuelva a caer el día y yo lo recibo de pie.
Y esta noche en que yo quería dormir, la cabeza me dolía y el cansancio no me daba para más me quedé en vela sin ganas ni necesidad. Quiero encontrar un lugar mío, y no hallo dónde echarme a correr para adueñarme. Podría ir al café de McDonalds pero me temo que no ha de ser suficiente gente la que pase, pudiera sentarme en la alameda, a la espera de encontrar un seductor.
Ok confieso que no quiero dormir pero me ha llegado la hora tarde pero sin sueño. Que fascinante el mundo de aquellos que cuentan cuentos, que escriben y son leídos, que actúan y son vistos, que hablan y son escuchados. Caray. Si tan solo alguien pudiera decirme como se le hace para llegar a eso, o si alguno de ellos me diera un “voto de confianza” de esos de los que tanto hablan y me dieran la oportunidad de entrarle duro y de lleno aunque fuera barriendo y limpiando ceniceros en los foros. Creo que ese mundo de la “vie boheme” y todas esas cosas muy al estilo “RENT” con una leve mezcla de “Les Miserable” y un ligero toque del glamour de Marie Antoniet; simplemente es mágico. Basta con verlo “nanque” sea de lejos pa degustarlo, figurese usted las maravillas que haría con uno si pudiera estar tantito más cerca. En fin seguiré intentando por mi lado y a mi manera, aunque me temo no recibiré los mejores resultados. Me hace falta leer para escribir más pero me va gustando tanto la televisión desde que tengo acceso a la productora ARGOS que… ¡Ay Dios! Ya ni de dormir me acuerdo. Pero de comer, ¿Qué tal? Eso ni volviendo a nacer se me olvida. Hoy fue muy impresionante la mirada de Raúl Mendez al inició del LiveStream en el último episodio de El Sexo Débil. Hasta se me ocurrió escribirle un poema, lástima que se me olvido la letra. Laila Tov hammudim que ahora sí ya me pegó el sueño y dormir es en lo único que pienso.
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